Uno de los últimos lugares a los que me llevó mi trabajo fue al restaurante El Cingle, en Vacarisses, Barcelona, un pueblo muy bonito, cerca de la montaña de Montserrat, que merece la pena conocer.
Precisamente de la curiosa orografía del lugar toma prestado su nombre El Cingle (risco en castellano), situado en un paraje particularmente bello. Montse Estruch al frente de los fogones practica una cocina de creación, de sensaciones y nuevos sabores.
De raíz netamente catalana, Montse ha aprendido las artes del oficio de la mano de algunos de los mejores chefs europeos. Una combinación perfecta entre tradición y modernidad es la base de su cocina.
De hecho, El Cingle nació como un restaurante familiar. Montse aprendió las bases de la cocina tradicional desde niña, junto a los fogones, en compañía de su madre. Y eso se nota en todos los detalles, incluida la puesta en escena. Montse recibe a los comensales y los despide, con lo que uno se siente en todo momento como en casa. Se ve al entrar, a la izquierda, el trasiego de platos en la cocina. Me gustan los restaurantes en los que se ve la puesta en escena, es como un signo de autenticidad.
La tradición, ese guiño al Mediterráneo en su cocina, se observa repasando la carta, como ese arroz del Delta de Ebro, sipia de rosas, almejas y algas. La presencia de flores en sus platos es una apuesta novedosa del restaurante, la firma particular de Montse en su búsqueda del maridaje entre la tradición y la innovación.
El día que visité El Cingle tomé una ensalada de verdes, frutas y vinagreta aromática, y de segundo, suquet de rape con almejas. Me gustó mucho, la verdad. El ambiente de armonía que se respira, con Montse al pie del cañón en todo momento, controlando cada plato, le da una impronta especial. Merece la pena dejarse caer por allí un día sin prisas y con ganas de disfrutar.
Más info: www.elcingle.com/es
Dirección: Major, 08233 Vacarisses, Barcelona
Teléfono: 938 28 02 33
Email: elcingle@elcingle.com