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Bistrot Saconia

Existe un Madrid más allá de la Calle 30, el de los restaurantes de barrio, nada fáciles de conocer si uno no patea mucho, es vecino o recibe la información de radio macuto, pero en los que a veces se encuentran direcciones muy fiables. Un buen ejemplo de esto que digo es el Bistrot Saconia, situado en una zona que toma su nombre de la empresa constructora y que transcurre entre la Dehesa de la Villa y el Barrio del Pilar. Saconia o Ciudad de los Poetas, que también se llama así, es un lugar ajardinado, tranquilo, en la zona norte de la capital.

El Bistrot, que se inauguró en 1989, ha practicado de siempre una cocina norteña, gallega más bien. Sus fundadores apostaron por los mariscos del norte y las carnes de Zamora en un guiño a su origen, La Puebla de Sanabria. Y desde entonces fueron fieles a una gastronomía que atrae a muchos parroquianos a su barra y a sus abigarradas mesas del comedor.

Las pretensiones del Bistrot Saconia tienen que ver con una excelente materia prima y una muy buena mano en la cocina, donde ejerce con sapiencia Beni. De mi última visita destacó los berberechos al vapor, las navajas a la plancha, las gambas al ajillo, el pulpo a la gallega y unas buenas croquetas caseras. Nada sofisticado, pero a veces difícil de encontrar en este Madrid de hoy que a menudo desconcierta en su oferta gastronómica.

Entre los segundos, la carta es variada tanto en pescados como en carnes. La merluza, por ejemplo, se ofrece en diferentes preparaciones: a la gallega, a la romana, a la plancha, o un cogote, que es sencillamente magnífico. Pero la oferta no se detiene ahí: rodaballo, congrio (un pescado que se ve poco en Madrid), etc.

El apartado carnívoro no desmerece tampoco. Entre la oferta, churrasco, entrecot, solomillo y excelentes chuletas de lechal, platos que se acompañan de pimientos de Padrón y unas finas patatas fritas.

El menú del día, que se ofrece entre semana, es sencillamente imbatible. El comensal puede encontrar una oferta de platos de una calidad sobresaliente. Excelente ensaladilla rusa, por ejemplo, o un bonito a la plancha con cebolla caramelizada, irreprochable. Platos de cuchara y guiños a una cocina que no se sabe bien por qué tiende a desaparecer, como ese conejo al ajillo que se ofrecía el último día y que ahora parece una rareza ver en una carta.

Postres caseros, donde destaca por encima de todo el arroz con leche, y algunas tartas que también están muy bien, como la de queso y una buena versión de la de Santiago.

Notable oferta vinícola, con algunos Albariños interesantes, incluido el que ofrecen de la casa, y una recomendación semanal en la carta. Servicio simpático y esmerado, con José, el encargado, a la cabeza.

Dirección: Calle de Antonio Machado, 45, 28035 Madrid
Teléfono:  913 73 30 31

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Basilio Toralla

Galicia es una tierra de tradiciones. Su gastronomía es fiel reflejo de ello, una mezcla perfecta de mar, huerta y montaña, con platos que son una referencia ancestral. Basilio Toralla, en la playa de Canido, cerca de Vigo, es un ejemplo perfecto de la restauración gallega más clásica. No puede ser de otra manera si los fogones son manejados todavía hoy por su fundadora, Celia Prado, a sus 88 años de edad.

El actual restaurante se abrió en los años 50 del pasado siglo como una tienda y un bar para marineros, primero con el nombre de Toralla pues desde los ventanales del comedor se ve esta isla en plena ría de Vigo. Basilio Durán, el marido de Doña Celia, se encargaba entonces al comercio del marisco en la lonja de Canido por lo que todo el mundo comenzó a conocer el bar primigenio como Basilio.

El paso del tiempo hizo que la unión del patronímico de Toralla se sumara al de Basilio. Al frente del negocio sigue la fundadora Celia Prado y también su hijo José Luis. Ya no es un bar para marineros, sino un restaurante de comida costumbrista gallega, porque todos sus platos provienen de la tradición y de aquellos primeros años. “Hubo una época que comíamos tantas vieiras que no sabíamos ni cómo cocinarlas, así que comenzamos a hacerlas con huevos estrellados y patatas”, explica José Luis Durán. Si algunos platos de la cocina española se han inventado por la escasez, otros tienen su origen en el exceso de producto. El resultado, una vez mezclados todos los ingredientes, es sencillamente impresionante.

Los fideos con almejas o con carabineros y vieiras y los arroces son algunas de las especialidades más solicitadas. Platos excelsos, de matrícula de honor. Magníficos también el pulpo a feira o los chipirones encebollados, igual que la ensalada de tomate o los pimientos de Padrón que, según José Luis Durán, “solo deben picar a partir de noviembre”. Recetas sencillas que Celia Prado borda, como sucede con la empanada de vieiras o el rape al horno que despertó la atención de Juan Mari Arzak. Los mariscos, como percebes, nécoras o cigalas, entre otros, recién llegados de la lonja, también atraen a muchos parroquianos y justifican por sí solos la visita.

Excelente albariño Nadigna sobre Lías, un vino de autor de la D.O. Rías Baixas. Los postres, decimonónicos: cañitas rellenas de crema, tarta fina de manzana y filloas. Buen pan y atención esmerada de José Luis y Willy, un simpático y futbolero camarero de origen uruguayo.

 

 

 

 

Más info: www.basiliotoralla.es
Dirección: Playa de Cánido, 217 (Cánido Vigo) –  36390 Vigo, Pontevedra
Teléfono: 986 49 00 61