Con la llegada del verano las terrazas de Madrid viven un momento de esplendor. La canícula provoca que los madrileños busquemos los mejores lugares para comer y cenar resguardados de las altas temperaturas. El invierno es largo y duro en la Villa y Corte. Seguramente por eso seamos tan aficionados a las terrazas. En nuestra ciudad, además, existe mucha tradición de ellas. Los parques y bosques de Madrid –El Retiro, la Casa de Campo, El Pardo o la Dehesa de la Villa- siempre han tenido una buena oferta de las mismas, unas más modestas que otras, pero casi todos guardamos alguna en el recuerdo.
La Terraza La Paloma es una de las clásicas. Fundada en 1972 como un merendero tradicional, su cocina ha ganado en los últimos años buena fama entre los gastrónomos de la capital. Hoy es un buen restaurante, pero mantiene su esencia, lo que hace que, con el buen tiempo, llene una tarde tras otra. La Paloma tiene un pequeño salón –ideal para comer en invierno- y una gran terraza, que se convierte en carpa durante los meses de frío. Pero, además del bonito paraje en que se encuentra, en plena Dehesa de la Villa, lo que más llama la atención de este restaurante es su cocina. José Retana, ex El Corral de la Morería, Los Remos, El Caminante y Lobato, entre otros, oficia en los fogones con el acierto que dan tantos años de oficio. Sus platos no dejan indiferente al comensal.
El restaurante, además de una amplia variedad de raciones, que suelen ser muy demandadas con la llegada del calor y el “no hay billetes” de las tardes de verano, cuenta con una carta muy completa. Una cocina que no olvida los platos de temporada y que ofrece, según la época del año, setas, buenos pucheros, caza y pescados. Buen jamón ibérico y foie de pato. Recomendable sopa de mariscos, plena de sabor. También los pasteles, de puerros y salmón, de espinacas y langostinos. Gambas de Huelva, almejas a la marinera, pulpo a la gallega o revueltos son algunos de los entrantes de una carta con buena materia prima y que desprende “maneras”.
Mención especial merecen los pescados y carnes. La merluza rellena –una de las muchas opciones en que la preparan- resulta excelente. Las carnes rojas a la piedra son de calidad, pero lo que no hay que perderse es el lechazo asado. No son muchos los lugares de nuestra ciudad que nos traigan el recuerdo del tradicional cordero lechal que tan bien asan en la vieja Castilla. El de Terraza La Paloma hace posible que, sin mover el coche, nos olvidemos por un momento de estar comiendo lechazo en pleno Madrid.
A los postres, carta muy clásica, en la que destaca una muy buena leche frita. La carta de vinos es extensa y cuenta con las principales Denominaciones de Origen. Notable Morozán, Ribera del Duero. Y excelente reserva Pago de Carraovejas, de la bodega de nuestro buen amigo, el restaurador segoviano José María.
Más info: www.terraza-lapaloma.es
Dirección: Paseo de S. Fco. de Sales, 41, 28003 Madrid
Teléfono: 914 50 30 18
Email: contacto@terraza-lapaloma.es